El nostágico da un paseo por Benissa. Como los muchos días del pasado. Y, tal vez, como muchos días del futuro. ¿Qué busca? Nada en especial. Visita lugares, edificios, solares… Lugares que conoce desde hace ya mucho tiempo. Pero quiere verlos con otros ojos. Con ojos del pasado. Y a veces del futuro. Un pasado que puede estar muy lejos. Pero quiere que revivan esos años, esos siglos. Ha leído mucho sobre esos lugares y edificios, de la mayoría conoce su historia. Pero ahora no quiere darles su propia historia. Una historia nacido en su fantasía, en su sueño. Una historia que quizás es la verdadera o quizás no. Pero una historia interesante, nostálgica. Se mete en el tiempo y empieza o soñar, no solo de otros tiempos, sea del pasado o del futuro, pero también de la sociedad y hace preguntas: ¿Antes se vivía mejor? ¿Se vivirá mejor en el futuro? ¿Qué pueden contar las piedras si tienes la paciencia y la voluntad de escuchar? El lo tiene. Escucha lo que le cuentan piedras, muebles, árboles, monumentos… sobre un pasado que fue diferente en todos los aspectos. Políticamente. Religiosamente. En lo social. En lo educativo. Y escucha con sorpresa que cosas muertas pueden hablar.